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viernes, 15 de octubre de 2010

OTRO REGALO DE MI AMIGO NESTOR!!


Muy bueno el blog, honrado por la publicación de mi cuento y aquí va el segundo.
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EL CHANCHO FEROZ Y LOS TRES LOBITOS -  Para JULIETA

Cansado el Chancho Feroz después de hacer derribado las casas de paja y madera de dos lobitos, sopló inútilmente para abatir la casa de ladrillos del tercer lobito.
Desencantado, volvió a su casa muy apesadumbrado, y sin haber comido nada en los tres últimos días. Estaba anocheciendo, cuando se acostó rendido, y durmió plácidamente. Al despertarse a la mañana siguiente, tenía hambre. Fue al bosque cercano y encontró a María, sentada a la sombra de un pino.
¡Qué rica debe ser! Y se la llevó a su casa. La metió en una gran olla con agua hirviendo, y cuando a la pobre María se le empezó a quemar la colita, dio un salto y se escapó por la ventana.
¡Uuaá, uuaá! gimoteó el chancho feroz.
-¡Otra vez me quedé sin comer! Y se fue a dormir.
Al despertarse a la mañana siguiente, tenía hambre. Fue al bosque cercano y encontró a Betto sentado a la sombra de una araucaria.
-¡Qué rico debe ser! Y se lo llevó a su casa.
Lo metió en una gran olla con agua hirviendo, y cuando al pobre Betto se le empezó a quemar la colita, dio un salto y se escapó por la ventana.
¡Uuaá, uuaá! gimoteó el chancho feroz.
-¡Otra vez me quedé sin comer! Y se fue a dormir.
Al despertarse a la mañana siguiente, tenía hambre. Fue al bosque cercano y encontró a Verónica sentada a la sombra de un cedro.
¡Qué rica debe ser! ¡Y qué linda carita tiene! Y se la llevó a su casa.
La metió en una gran olla con agua hirviendo, y cuando a la pobre Verónica se le empezó a quemar la colita, dio un salto y se escapó por la ventana.
¡Utra vez me quedé sin comer! Y se fue a dormir.
Al despertarse a la mañana siguiente, tenía hambre. Fue al bosque cercano y encontró a Gastón sentado a la sombra de un roble.
¡Qué rico debe ser! Y se lo llevó a su casa.
Lo metió en una gran olla con agua hirviendo, y cuando al pobre Gastón se le empezó a quemar la colita, dio un salto y se escapó por la ventana.
¡Uuaá, uuaá! gimoteó el chancho feroz. 
-¡Otra vez me quedé sin comer! Y se fue a dormir.
Al despertarse a la mañana siguiente, tenía hambre. Fue al bosque cercano y encontró a Julieta sentada a la sombra de un abeto, jugando con las ardillas y los conejos..  ¡Qué rica debe ser! Y se lo llevó a su casa.
Cuando la iba a meter en una gran olla con agua hirviendo, pensó que Julieta era muy chiquita y aunque se la comiese, se iba a quedar con hambre.
-          Volvé al bosque, Julieta, Y que tengas mucha felicidad,- dijo el Chancho Feroz, que en realidad de feroz, no tenía mucho.
-          Vení conmigo, dijo Julieta. Creo que te vas a divertir.
Y los dos, tomados de la mano, fueron caminando hasta el bosque.
Al llegar, el Chancho Feroz tuvo una gran sorpresa. Alrededor de una gran mesa, adornada con gran variedad de frutas, los estaban esperando María, Betto, Verónica y Gastón. Después que sació su apetito, y muy contento con el recibimiento, el Chancho Feroz se abrazó a su amiga Julieta, y le dijo:
- Desde ahora, no seré más el Chancho Feroz.
- Desde hoy, seré el Chancho Feliz.   
               
 FIN           Néstor A. Lombardi

                    15-10-2010

1 comentario:

Maria Rosa dijo...

Comentario de la mamá de Julieta:VERÓNICA,
Jajajaja! Muy bueno!

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