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viernes, 15 de octubre de 2010

HERMOSO REGALO DE MI AMIGO NESTOR, PARA JULIETA

Abuela María:  El abuelo Néstor, que por correo aparte te enviará datos de su familia, te envía el primer cuento de la serie de tres que componen LAS ANDANZAS DE JULIETA Y SU ABUELA MARÍA.
Un beso, Néstor
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JULIETA, LA REINA

Había una vez, en un país muy lejano, un rey que ya estaba muy viejito y no quería gobernar más. Mandó publicar en todo el mundo, que a quien le regalara cuatro animalitos maravillosos, lo iba a coronar rey y le iba a regalar todas sus riquezas.
De todos los países del mundo llegaron muchas personas con preciosos regalos, pero el rey nunca estaba conforme.
En un lugar muy escondido en el mapa, Argentina, vivía una nena cuyo nombre era Julieta.
Julieta vivía con el papá y la mamá. Era muy feliz, pero siempre pensaba que debía hacer algo extraordinario, para poder vivir mejor todavía.
Julieta tenía cuatro amiguitos que, también, vivían con ella. Un caballito llamado Pepe; un monito llamado Tito; un perrito llamado Coco y un gatito llamado Mimo.
Un día, Gastón, el papá de Julieta, le dijo que había leído el aviso del rey que pedía que le regalaran cuatro animalitos maravillosos, y al que cumpliera con su pedido le regalaría el reino y todas sus riquezas.
Julieta lo escuchó, y suspirando, dijo:
- ¡Qué lástima que mis amiguitos no sean maravillosos!
De repente, sintió un suave golpecito en el hombro, miró para atrás y vio al caballito Pepe, que le dijo:
- No sé si será una maravilla, pero mirá lo que puedo hacer.
Julieta miró como le crecían alas a Pepe, y que éste, moviéndolas rápidamente, podía volar.
- Sí, sos una maravilla, pero sos el único, y necesito cuatro.
- No es el único, dijo el monito Tito. Mirá fijamente mis ojos y pensá a quién querés ver.
- Quiero ver a la abuela Isabel – respondió Julieta.
Y no solamente la abuela Isabel apareció en los ojos de Tito, sino que también pudieron conversar.
- Sí, sos una maravilla, pero son nada más que dos, y necesito cuatro.
En ese momento, entró el perrito Coco, que le dijo:
- No sé si te puede interesar, pero yo, con un golpecito de mi colita, puedo curar todas las enfermedades.
- Claro que me interesa. Pepe, nos podés llevar a la casa de la abuela María, que tiene fiebre y tos, contestó Julieta.
- Suban y agárrense fuerte de mis crines.
Pepe salió volando y los dejó en la esquina de la casa de la abuela María que, extrañada, vio a Julieta con su perrito Coco.
- Abuela María, le dijo Julieta. Te vamos a curar la tos y la fiebre.
La abuela María se rió, pero dejó que Coco lo golpeara, despacito en la cara, con la colita.
Enseguida le bajó la fiebre y le desapareció la tos.
- ¿Estás conforme? Le preguntó el perrito.
- Sí, sí, - contestó Julieta. Y Mimo, ¿también será maravilloso?
Cuando volvieron a la casa, los esperaba el gatito.
- Julieta, creo que conmigo completarás los cuatro
animalitos maravillosos que pide ese rey, dijo Mimo.
- Una de mis garras se puede transformar en espada, pero sólo para luchar a favor del bien y en contra del mal.
Y con la punta de esa espada mató a una araña que estaba por picarla a Julieta.
Julieta contó todo eso a sus papás, que muy asombrados no lo querían creer, pero después que Pepe los llevó a dar un paseo por los aires, tuvieron que reconocer que era verdad.
Prepararon todo para el viaje, pero el último día, Pepe les dijo:
Discúlpenme, pero con ustedes dos llevaría mucho peso, y no puedo levantar vuelo.
Muy tristes se quedaron los papás de Julieta viendo como se alejaba Pepe y su preciosa carga.
Cuando Julieta se presentó ante el rey, éste pidió que sus cuatro amigos probaran que eran maravillosos.
Pepe llevó al rey a dar un paseo por el castillo, Tito le permitió al rey ver lo que quisiera a través de sus ojos,
Coco curó un pequeño resfrío que aquejaba al rey, y Mimo con su espada venció a un temible enemigo del rey.
El rey dispuso que todo lo suyo pasara a nombre de Julieta, quien al día siguiente sería coronada nueva reina.
Nadie notó que el caballito Pepe había desaparecido.
Cuando Julieta estaba por ser coronada reina aparecieron sus papás y entonces la fiesta fue completa.
Antes de colocarle la corona, el rey le dijo a Julieta que podía ponerle un nuevo nombre a su nuevo reino.
Julieta le contestó que el nuevo nombre del reino, sería Verónica, que era el nombre de la mujer más maravillosa que ella conocía.

FIN                              Néstor A. Lombardi – 15-10-2010

(salvo error, u omisión)

Nota del autor: Adrede se repite veinte veces el nombre Julieta, para que la niña fije más la atención en el cuento.

2 comentarios:

Elenita dijo...

María Rosa, creo que Néstor es un Ángel que el Tatita Dios nos permitió conocer para alegrar nuestra vida. Me emocionó muchísimo el precioso cuento, pero más que nada el pensar con cuanto amor lo escribió.
No me queda ninguna duda Amiga...
¡¡¡NÉSTOR ES UN ÁNGEL!!!

Elena.

Elenita dijo...
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